Citröen 2CV: Anécdotas y curiosidades de un emblemático francés

El Citröen 2CV es sin duda uno de los modelos más conocidos de la marca francesa. Entre los coches clásicos, el estilo anticuado del 2CV destaca por su sencillez y elegancia, haciendo que incluso hoy en día sea uno de los coches más amados por los apasionados del motor.

Los Citröen son en general un acierto a la hora de adentrarse en los vehículos clásicos. La firma francesa tiene una larga trayectoria, y ha demostrado en varias ocasiones a lo largo de la historia que sabe muy bien cómo adaptarse al público de su época.

5 Anécdotas sobre el Citröen 2CV, uno de los clásicos inolvidables

Dentro de los hitos de los clásicos, el Citröen 2CV es uno de los inolvidables. Si preguntas a un experto en coches clásicos populares, será uno de los que primero salgan a la luz.

Si quieres conocer algo más sobre qué es lo que lo hace tan especial, hoy vas a poder aprender un poco. De entre todas sus características, que lo hacen único, aquí puedes leer las 5 anécdotas más notables sobre este coche.

La suspensión del Citröen 2CV era demasiado visible 

En algunos modelos, especialmente los fabricados antes de 1955, la suspensión del Citröen 2CV podía verse desde fuera. Esto se cambió rápidamente, pero aún se pueden encontrar algunos coches que sobrevivieron de aquella época. ¡Son únicos!

Citröen 2CV Charleston, en amarillo y negro

Aunque hoy en día estamos acostumbrados a encontrar los coches modernos en cualquier color que queramos, antes la oferta era limitada. Algunos coches salían con un solo color por defecto, y la mayoría se fabricaba en tandas que variaban según la moda.

El 2CV vivió varias épocas, pues se comenzó a fabricar en los años 30, y comenzó a ser reconocido a finales de los 40. Sin embargo, en los años 80 se realizó una gama muy curiosa: el Citröen 2CV Charleston, en colores amarillo y negro, que recordaba a los colores del Charleston, la moda más viva y colorida de los felices años 20.

¡El Citröen 2CV tenía un solo faro!

El faro del Citröen 2CV original era bastante particular. Y lo has leído bien, porque, en efecto, algunos de los primeros modelos tenían únicamente un faro.

Esta decisión de los ingenieros tuvo que ver con cuestiones económicas. Para solucionar el problema, los primeros modelos constaban de un solo faro, que se dividió en los dos más modernos a partir de 1939.

Citröen 2CV con motor doble

La historia del 2CV es tan larga y rica que uno se puede encontrar con curiosidades como esta. El motor del Citröen 2CV Sahara, uno de los modelos de esta serie, tenía dos motores, uno delante y otro detrás.

Para poder arrancarlos, también tenía dos llaves distintas en la guantera. Con ambos, la cilindrada total llegaba a los 5CV. Así lograba algo más de potencia, y podía olvidarse un poco aquello de que era un Très Petite Voiture (coche muy pequeño), como se le solía llamar.

Citröen 2CV con capota convertible

Como no podía ser de otro modo en un coche de tanta elegancia, la capota del Citröen 2CV era convertible. Sin embargo, no siempre fue igual en todos los modelos.

Hasta 1957, la capota podía bajarse hasta cierto punto, y esto dificultaba en cierta medida el acceso al maletero. A partir de este año se solucionó el problema para todos aquellos usuarios que querían disfrutar de toda la elegancia y la utilidad de este bello modelo.

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